por Cómite de Comunicación
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12 de marzo de 2024
“Desde el momento en que aterrizamos en Israel, nos sumergimos en una experiencia inolvidable. Nuestra primera parada, en Kibutz Kisufim, fue abrumadora. La gente nos recibió con relatos desgarradores de lo que sucedió en ese lugar durante los ataques del 7 de octubre. Nos contaron cómo les sorprendió la falta de reacción por parte de las autoridades de seguridad, como que sentían que la seguridad era algo que daban por hecho, pero sin duda, la masacre puso en evidencia la vulnerabilidad del kibutz. La gente se percató de que todo el sistema de defensa del país estaba prácticamente roto, ése fue uno de los momentos más dolorosos del viaje, porque casi pudimos revivir la tragedia de esa comunidad. De ahí nos trasladamos a donde fue el Festival Nova. Este lugar se ha convertido en un memorial, con fotos de las víctimas, fotos de las personas secuestradas, con flores y banderas ondeando en honor a los caídos, y fotos de personas en los lugares donde fueron vistos por última vez… Vimos la bandera y la foto del joven mexicano que sigue secuestrado por Hamás, Orión Hernández. Muy triste ver todo eso. Otro día, visitamos el Sheba Medical Center, donde conocimos a un paciente internado ahí, un soldado de 23 años de edad, que perdió una pierna tras la explosión de una mina. Su actitud nos sorprendió, estaba tranquilo, confiado, esperando a que llegara su prótesis para volverse a poner a las órdenes de sus superiores. Tenía una sonrisa en la boca, a pesar de haber perdido una pierna. Eso nos habla de una resiliencia impresionante. Por cierto, algo que nos llamó la atención fue ver cómo en ese hospital, tienen convivencias diarias, con música y comida para todos los heridos. Otro encuentro inolvidable fue una conversación que tuvimos con un reservista de las Fuerzas Especiales, Nimrod Palmach, quien desobedeció las ordenes de sus superiores el 7 de octubre a las 6:30 de la mañana, tomó su coche, y armado con solo una pistola, sin saber a que se enfrentaba, arriesgó su vida e impidió que entraran 30 terroristas de Hamás al Kibutz Alumim. Hoy es considerado un héroe. También les cuento que en el Hospital Hadassah Ein Kerem, presenciamos milagros médicos que le devuelven la esperanza a los heridos. Ahí tuvimos una plática con un agente de la policía de Sderot, quien casi perdió un brazo, y fue reconstruido en ese hospital. Después de este procedimiento, ya tiene movilidad en sus dedos y su mano. Muy impresionante. En camino a Haifa, algo que nos sorprendió mucho fue que de repente, todos los GPS de nuestros teléfonos nos ubicaban en el centro de Líbano. Se nos hizo muy raro, pero la explicación que nos dieron fue que, debido a que los misiles de Hezbollah van teledirigidos por GPS, esto es una táctica que realiza Israel para desorientar a los misiles. Ya en Haifa, en el Hospital Rambam, que es uno de los más importantes del norte de Israel, vimos cómo tienen preparado un hospital subterráneo prácticamente completo, en caso de que estalle una guerra mayor. Este plantel subterráneo tiene 2,000 camas listas, y con autosuficiencia para operar de manera autónoma por 5 días sin tener que salir, incluyendo sangre, agua, oxígeno, insumos, medicamentos, terapia intensiva, diálisis, es decir, todo lo que se necesita en un hospital. Nuestra visita a la Biblioteca Nacional de Israel, en Jerusalem, fue otro momento muy emotivo. Su nueva sede es una obra arquitectónica impresionante, que por cierto se inauguró después del 7 de octubre a pesar de lo que estaba ocurriendo en el país. El lugar estaba lleno de gente investigando, leyendo, cosa que nos dio mucho gusto, dado que vivimos en un mundo de contenido primordialmente digital. No había un pupitre vacío. Ahí tuvimos el honor de donar varios libros de todas las comunidades judías de México a su acervo, incluyendo nuestros ejemplares de " Historia de una Alianza ", " Sefra Dayme ", y " Voces y Espacios ". Al otro día, tuvimos un encuentro en el Ministerio de Relaciones Exteriores, donde nos recibieron dos viejos amigos de Monte Sinai, los ex Embajadores Zvi Tal y Jonathan Peled; y por supuesto íbamos acompañados por la actual Embajadora de Israel en México, Einat Kranz-Neiger. Sostuvimos una plática amena e interesante acerca de la situación en Israel, del antisemitismo en México, y de qué se está haciendo para combatirlo. Finalmente tuvimos un encuentro con Isaac Herzog, el Presidente de Israel. Al concluir esa reunión, el Presidente publicó un muy bonito tweet agradeciendo nuestra visita. En conclusión, puedo decir que deseo de todo corazón que este conflicto llegue pronto a su fin. Israel es una nación resiliente, y la historia nos señala que una vez más, saldrá adelante. Pero la verdad es que el trabajo de sanación psicológico y emocional va a ser muy difícil. Todos debemos comprometernos a apoyar a Israel, y a poner nuestro granito de arena, para ayudar a que salga de esta crisis, más fuerte que nunca.”